PARALISIS DE BELL
La parálisis de Bell o parálisis facial periférica es una enfermedad
neuromuscular con afectación directa en el nervio facial.
Es una
patología común con un pico de presentación de los 20 a 29 años y
los 50 a 59 años. Es de carácter idiopático, Una de las posibles causas se encuentra
en la infección por el virus del herpes
simple reactivado (VHS-1), la cual
constituye la etiología generalmente más
aceptada, su fisiopatología está centrada
alrededor de la afectación del ganglio
geniculado y su capacidad neurotrópica
para los nervios periféricos.
Dicha capacidad también se comparte
por parte de otros virus como lo son el
virus herpes simple tipo 2 (HSV-2) y el
virus varicela zóster (VZV) los cuales
entran en el cuerpo a través de la
exposición mucocutánea, con afinidad
por los nervios periféricos y establecen
su presencia en forma latente.
El virus del herpes zóster es la segunda
infección viral más usual asociada con la
parálisis facial periférica.
Otros agentes infecciosos incluyen el
virus Epstein Barr, el virus de la rubéola,
el citomegalovirus, el adenovirus, virus
de la influenza B, virus coxsackie, la
parotiditis, infección rickettsial, y la
ehrlichiosis.
Se ha visto un aumento del riesgo a sufrir
parálisis de Bell asociada con el
embarazo, la preeclampsia grave, la
diabetes, las infecciones del tracto
respiratorio superior y la hipertensión.
Presenta sintomatología de afectación nerviosa muscular y
sensitiva como dificultad para elevar la ceja, cerrar los ojos, sonreír,
fruncir el ceño, parestesias faciales, hiperacusia, entre otros.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Las manifestaciones clínicas de la
parálisis de Bell se originan por una
contractilidad muscular comprometida
con daño de las funciones del control
neural del nervio facial, que llevan a
ocasionar:
- Debilidad muscular
progresiva y pérdida de sensibilidad en
una hemicara con una afectación
nerviosa completa o incompleta.
- Usualmente, se puede observar en la
hemicara afectada una disminución de la
fuerza muscular como dificultad para
elevar la ceja, sonreír o comer,
incapacidad de cerrar el ojo, epifora e
impedimento al fruncir los labios además
del deterioro del habla por la afectación
en la inervación muscular.
- Afectación sensitiva con dolor
alrededor de la mandíbula y detrás del
oído, tinnitus, cefalea, pérdida del gusto
en los dos tercios anteriores de la lengua
e hipersensibilidad al sonido del lado
afectado.
- Otras neuropatías concomitantes
como las son las del trigémino
contralateral, glosofaríngeo e hipogloso.
Para valorar el compromiso y severidad
del nervio facial en la parálisis de Bell se
utiliza la Clasificación de House
Brackmann aceptada en 1985 por la
Academia Americana de
Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza
y Cuello y el Índice de
Función del Nervio Facial (IFNF) que
consiste en tomar medidas
electromiográficas del lado sano y del
lado comprometido, en reposo y en
contracción.
DIAGNÓSTICO
El diagnóstico de la parálisis de Bell es
clínico.
Incluir una
historia clínica:
- Exposición a varios virus
(herpes, varicela, VIH, etc.)
- Tiempo de inicio de los síntomas.
- El examen físico
Al examen físico valorar:
- Movimientos
faciales con respuesta a órdenes dadas
por el explorador, se evalúa la presencia
del fenómeno de Bell descrito como una
rotación hacia arriba del globo ocular
cuando los pacientes intentan cerrar los
ojos, presente en el 75% de la población
afectada.
- Solicitar al paciente elevar la frente, fruncir el
ceño y los labios, mostrar los dientes y
tensar los tejidos blandos del cuello todo
esto buscando la pérdida de la función
del músculo orbicular de los párpados,
esta situación afecta el manejo adecuado
de las lágrimas, así como la pérdida del
tono muscular facial, provocando que la
ceja junto con la cara media e inferior se
inclinen, dando a los pacientes la
apariencia de un evento cerebrovascular.
- Inspección
cuidadosa del oído externo, canal auditivo y la membrana timpánica para
identificar vesículas o costras que oriente
a una infección por herpes zóster.
- La cabeza, la cara y el cuello se
inspeccionan para detectar cáncer
cutáneo, masas y lesiones masivas
dentro de la glándula parótida.
- Realizar un examen neurológico
minucioso, evaluando todos los pares
craneales, con especial atención a la
extensión de la debilidad facial buscando
la afectación de todas las ramas
involucradas.
Los síntomas
asociados de diplopía, disfagia,
entumecimiento genuino de la cara o
mareos no son típicos de la parálisis de
Bell, en cambio son síntomas de bandera
roja que sugiere hacer sospechar
sobre otros diagnósticos.
El diagnóstico de la parálisis de Bell se apoya en el descarte de posibles causas neurológicas, otológicas, infecciosas, inflamatorias o neoplásicas.
TRATAMIENTO (Iniciar en las primeras 72 horas)
- PREDNISONA TABLETA 50 MG, TOMAR UNA TABLETA AL DIA POR 7 DIAS
- ACICLOVIR TABLETA 400 MG, TOMAR UNA TABLETA CADA 5 HORAS POR 10 DIAS
- IBUPROFENO TABLETA 400 MG, TOMAR UNA TABLETA CADA 8 HORAS POR 3 DIAS
En los casos de resolución incompleta el
paciente podría requerir toxina botulínica
para el manejo de las contracturas
musculares y asimetría facial.
En los pacientes con empeoramiento o sin remisión clínica a los cuatro meses se vuelve necesario descartar patología tumoral o denervación.
RECOMENDACIONES:
- REALIZAR TERAPIA FISICA CON LE LLEMA DE LOS DEDOS REALIZANDO PERCUCIONES Y VIBRACIONES TRES VECES AL DIA PARA REEDUCACION NEUROMUSCULAR DE 3-5 MINUTOS CADA SESION
Fuente:
https://www.medigraphic.com/pdfs/sinergia/rms-2019/rms196i.pdf
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