Cáncer menores de 18 años

 

Factores de Riesgo de Cáncer Infantil

Es responsabilidad es de todos identificar los primeros signos o síntomas de cáncer en los niños y lograr una referencia oportuna y “Darle a los niños con cáncer la oportunidad de curarse”. En cáncer sólo hay una oportunidad, que es “la primera”, por lo cual cuando se evalúa y examina a un niño por cualquier motivo, ante la presencia de síntomas o signos poco claros y que se asocien con malignidad, hay que sospecharlos y actuar en consecuencia para prevenir un probable diagnóstico tardío.

La gran mayoría de los errores en el diagnóstico se debe a la falta de una anamnesis, una historia clínica y un examen físico completos, así como a la común equivocación de no tomar en cuenta o no darle la importancia que merece algún síntoma relatado por los padres.

En pediatría hay dos grandes grupos de neoplasias: las hematolinfoides (leucemias y linfomas) y los tumores sólidos, dentro de los cuales los más frecuentes son los que atacan al sistema nervioso central. Ver tabla

Incidencia de cáncer en niños menores y mayores de 15 años de edad, según grupos y subgrupos de la clasificación internacional.


Aún cuando no es mucho lo que se sabe acerca de la etiología del cáncer en los niños, sí pueden mencionarse algunos factores que han sido asociados a la aparición de algunos tipos de displasias.

Factores físicos: La radiación ionizante origina 3% de las neoplasias, cuando se utilizaban rayos X durante el embarazo podían ser causa de 5% de cáncer en niños.

Sustancias químicas y medicamentos: algunos medicamentos podrían tener efectos carcinogénicos en los niños cuando son administradas a la madre durante el embarazo; como el dietilbestrol, que se utilizó en los años setenta. Asimismo, la exposición a plaguicidas se ha asociado con leucemia, linfoma no Hodgkin y neuroblastoma, mientras que solventes como el benceno representan un factor de riesgo de leucemia en niños. El componente N-nitroso de algunos alimentos curados y el tabaco consumidos durante el embarazo pueden inducir tumores del sistema nervioso central (SNC), en tanto el alcohol y algunos diuréticos usados durante el embarazo han sido vinculados a tumores en niños como neuroblastoma y Wilms. Otros medicamentos durante el embarazo tienen relación con tumores, como la relación entre la hidantoina y el neuroblastoma.

Factores biológicos: El virus de Epstein Barr, virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), hepatitis B y C, virus linfotrópico humano tipo 1 (HTLV1) y el papiloma virus están asociados con cánceres específicos, según el virus y los tejidos que afecta.

Factores genéticos y familiares: los tumores embrionarios tienen dos formas de presentación: una heredada y una esporádica; no todos son heredados, pero dentro de los que lo son, el retinoblastoma y el tumor de Wilms bilateral son los más importantes. Por otro lado, algunos padecimientos genéticos predisponen a padecer cáncer, como los niños con síndrome de Down, quienes tienen una frecuencia 20 a 30 veces mayor de padecer leucemia aguda; los niños con síndrome de Klinefelter, con un riesgo 20 veces mayor de tener cáncer de mama y luego un riesgo 30 a 50 veces mayor de presentar tumores de células germinales en mediastino.

Edad: Como en cualquier enfermedad pediátrica, en el cáncer infantil hay algunos tipos que aparecen más frecuentemente en el lactante, otros en el preescolar o escolar y otras que son propias del adolescente. Ver cuadro.

Tipos de Cáncer más Frecuentes en los Niños

Leucemia

El diagnóstico se puede sospechar con el cuadro hemático, que usualmente muestra pancitopenia con o sin blastos y se confirma con aspirado de médula ósea realizada en un servicio de oncohematología.

Grupo de enfermedades malignas que provoca un aumento no controlado de células sanguíneas.

La Leucemia linfoblástica aguda (LLA) es una neoplasia caracterizada por una proliferación no controlada de las células linfoides de la sangre y constituye la neoplasia maligna más común en niños, de alrededor de las tres cuartas partes de todas las leucemias de nuevo diagnóstico. En la actualidad aproximadamente el 75 % de los niños con esta enfermedad logran curarse con los tratamientos actuales.

El inicio de la LLA es muchas veces insidioso, caracterizado por síntomas inespecíficos como palidez, astenia, adinamia, febrículas, que se prolongan por un período variable de días a meses (promedio de 2 a 3 semanas).

La pérdida de peso es rara.

 


Las manifestaciones clínicas están determinadas por la afectación a la medula ósea:

• Síndrome anémico con palidez, adinamia, cansancio.

• Síndrome hemorrágico con petequias, equimosis, epistaxis, gingivorragia, y menos frecuente, sangrado de tubo digestivo.

• Síndrome Infeccioso con fiebre, infecciones y afectación al estado general

• El Síndrome infiltrativo con hepatoesplenomegalia, adenomegalias, y menos frecuente, infiltración de testículos, Sistema Nervioso Central (SNC) y riñones. Los dolores osteoarticulares frecuentes reflejan el compromiso de huesos y pueden causar dificultad para deambular. La infiltración al SNC es caracterizado por signos de hipertensión intracraneal muchas veces pasajero (cefaleas, nausea, vómitos, disturbios visuales, somnolencia, o irritabilidad) y/o afectación de los pares craneales.

Linfomas

Son un grupo de enfermedades del sistema linfático, de crecimiento rápido. Existen dos grandes variedades en los niños: Hodgkin y No Hodgkin.

En los cánceres infantiles ocupan el tercer lugar en incidencia, después de las leucemias y de los tumores del sistema nervioso central.

Clínicamente se manifiestan con signos inespecíficos de enfermedad generalizada como anemia, febrículas, astenia, anorexia y pérdida de peso. muy altas y tiempos potenciales de duplicación que oscilan entre 12 horas y unos pocos días. Tal velocidad para evolucionar es la razón por la cual al momento del diagnóstico casi dos tercios de los niños con linfoma ya tienen la enfermedad diseminada a veces incluso a la médula ósea y el SNC.


Los linfomas intratorácicos, se presentan como masas mediastinales con o sin derrame pleural, son del tipo linfoblástico y se manifiestan con síntomas de compresión de la vía aérea (p. ej. tos), con probabilidad de síndrome de dificultad respiratoria y compresión de vena cava superior (disfagia, disnea y edema de cuello, cara y miembros superiores). En el caso de los linfomas abdominales, con frecuencia son de los tipos Burkitt y no Burkitt y se manifiestan por distensión abdominal, dolor y palpación de masas, usualmente en cuadrante inferior derecho por lo que puede confundirse con apendicitis aguda.

El linfoma de Hodgkin, se sitúa principalmente en el sistema linfático, especialmente los ganglios del cuello, y su presentación clínica más usual es linfadenopatía cervical o supraclavicular asintomática y de crecimiento progresivo. Estos ganglios tienen una consistencia aumentada, pueden estar adheridos a planos profundos y suelen doler cuando el crecimiento es rápido. Entre 50 y 70% de los pacientes pueden tener compromiso mediastinal al momento del diagnóstico, y entre 25 y 30% pueden tener síntomas como fiebre, sudoración nocturna abundante y pérdida de peso


Tumores del sistemas central

Ocupan el segundo lugar en incidencia de cáncer. Son los tumores sólidos más frecuentes en la infancia, particularmente entre los 5 y 10 años de edad. Localizados en el cerebro, cerebelo, tronco y médula espinal.

Los tumores del SNC se pueden presentar de diferente manera, desde un cuadro inespecífico hasta síntomas neurológicos focales, con inicio insidioso o brusco, relacionado con la velocidad de crecimiento, localización y dimensión del tumor. El síntoma más frecuente es la cefalea, por lo que siempre debe hacerse un adecuado interrogatorio sobre la intensidad del dolor, horario de presentación, factores que aumentan o disminuyen el dolor y síntomas asociados como náusea, vómito, alteraciones visuales o auditivas, etc.


Entre los síntomas también se encuentran:

- Cambios de ánimo y de conducta

- Disminución del rendimiento escolar

- Náuseas y vómito en proyectil secundario a hipertensión endocraneana

- Cefalea aumenta gradualmente en intensidad y frecuencia

- En los lactantes, la irritabilidad

- Trastornos de la marcha, el equilibrio, la coordinación y los trastornos visuales (síndrome cerebeloso)

- Convulsiones

- Alteraciones de los movimientos oculares y papiledema

- Visión borrosa y falta de visión en el campo externo o ceguera total progresiva

- Anorexia, ausencia de aumento de peso, aumento en el perímetro cefálico y somnolencia



Tumor de Wilms

Tumor maligno de las células del riñón que compromete más frecuentemente a uno de los riñones, aunque también puede ser bilateral. Es el cáncer del riñón más común en niños pequeños, siendo su mayor frecuencia entre los 2 y 3 años de edad. Es el tumor que más se asocia a malformaciones congénitas musculoesqueléticas, genitourinarias y oftálmicas.

La manifestación clínica más típica (80% de los casos) es la palpación de una masa abdominal asintomática, aumento en el volumen del abdomen, puede acompañarse de dolor, hematuria, hipertensión, anemia, fiebre y constipación.



Tumor de células germinales

Son neoplasias benignas o malignas que crecen en los ovarios o testículos o en sitios extragonadales (región sacrococcígea, retroperitoneo, mediastino, cuello y área pineal del cerebro). Son poco frecuentes y representan de 2 a 5% de todos los cánceres de la niñez y adolescencia.

Tienen dos picos de edad de presentación: antes de los 4 años y después de los 15 años, son raros entre los 5 y los 10 años. Se pueden asociar a testículos no descendidos, con un riesgo 20 a 40 mayor que en la población normal. Cursan con cuadros clínicos generales como fiebre, vómito, pérdida de peso, anorexia, debilidad y amenorrea, que son los síntomas más frecuentes cuando la enfermedad está avanzada.

Cuando el tumor se localiza en ovario, el síntoma más común es dolor crónico, el cual se convierte en dolor agudo cuando se presenta torsión del tumor. Además, se puede palpar una masa que, si es de gran tamaño, produce constipación y trastornos genitourinarios. Cuando se localiza en testículos se manifiesta como una masa dura, poco dolorosa y puede confundirse con epididimitis.


Neuroblatoma

Es el tumor sólido extracraneal más frecuente en la niñez, corresponde al 8 a 10% de todos los cánceres en este grupo de población. La edad media de presentación es a los 2 años (40 a 50% de los casos) y 88% ocurre antes de los 5 años de edad. Tiene un alto grado de malignidad, y evoluciona rápidamente, con metástasis tempranas en más de 50% de los casos.

Los sitios donde el neuroblastoma hace metástasis con mayor frecuencia son huesos, ganglios, médula ósea, hígado y piel.


Como son tumores que pueden crecer en cualquier sitio de la cadena simpática, los síntomas dependen de la región afectada:

• En cabeza y cuello, se presenta ptosis, miosis y enoftalmos (síndrome de Horner).

• En tórax, la sintomatología es dolor en tórax posterior, disfagias, episodios de tos rebeldes a tratamiento y síndrome de compresión de vena cava superior.

• En abdomen, y en pelvis, puede manifestarse en aumento progresivo del volumen del abdomen, masa abdominal palpable con o sin dolor a la palpación y en alteraciones en el hábito urinario e intestinal, así como en el drenaje linfático de los miembros inferiores.

• En región paraespinal, puede ocasionar compresión medular.


Osteosarcoma

El osteosarcoma y el sarcoma de Ewing son los tumores primarios más comunes en el hueso. Extremadamente raro antes de los 5 años de edad, es mucho más frecuente en adolescentes y adultos jóvenes.

El osteosarcoma se encuentra más frecuentemente en sitios de crecimiento rápido como las metáfisis de los huesos largos (p. ej. fémur distal, tibia proximal y humero proximal), mientras que el sarcoma de Ewing tiene mayor incidencia en los primeros 10 años de vida y afecta la diáfisis de los huesos largos y planos. Ambos son más frecuentes en los hombres.

La principal manifestación clínica del osteosarcoma es el dolor, al margen de que haya o no antecedente de trauma, aumento de volumen de la zona afectada, limitación funcional y fractura patológica.

Normalmente no hay metástasis clínicas al momento del diagnóstico, pero todos tienen metástasis microscópicas subclínicas, 90% en pulmones.

El aspecto radiológico del hueso en la radiografía permite sospechar el tumor: imágenes como reacción perióstica, neoformación ósea, imagen de sol naciente, osteolisis y osificación de tejidos. El diagnóstico tardío empeora el pronóstico, el cual está directamente relacionado al número y tamaño de las metástasis.



Retinoblastoma

El diagnóstico definitivo se hace mediante un examen del fondo de ojo con pupilas dilatadas. El factor pronóstico más importante tanto para la visión como para la sobrevida o curación es el estadio en que se encuentre, por lo tanto, la detección precoz es crucial para disminuir la morbilidad y mortalidad.

Es un tumor maligno que se origina en las células neuroectodérmicas primitivas de la retina y representa entre 2 y 4% de las neoplasias en niños, con mayor incidencia en menores de 3 años y según las diferentes series ocupa del 5o al 9o lugar entre los cánceres infantiles.

Tiene relación con exposición a agentes infecciosos, en especial el adenovirus y el virus del papiloma humano, y otros factores como la carencia de vitamina A y de folatos en la dieta. Tiene un patrón de herencia autosómico.

Los signos y síntomas:

  • Leucocoria (ojo blanco u ojo de gato). La leucocoria es la ausencia del reflejo rojo normal de la retina cuando se ilumina con una luz, se manifiesta cuando el tumor es grande y causa desprendimiento de la retina y es visible a través de la pupila.
  • Estrabismo, dado que la pérdida de la visión central puede causar que el ojo afectado se desvíe.
  • Heterocromía (diferente color de cada iris) y es secundaria a neovascularización del iris.
  • Proptosis y perforación del globo ocular que lleva a la ceguera.

Rabdomiosarcoma



Tumor sólido de gran malignidad que se origina de las células de la mesénquima embrionaria. Es el sarcoma de tejidos blandos más común en menores de 15 años de edad, puede afectar a todas las edades, pero 70% de los casos se presentan en los primeros 10 años de vida, con una incidencia mayor en niños de 2 a 5 años y en el período puberal de los 11 a los 15 años.

 

Los rabdomiosarcomas tienen un comportamiento agresivo, con rápido crecimiento local e invasión directa de las estructuras vecinas, así como diseminación por contigüidad a través de las fascias y músculos.

El cuadro clínico depende del sitio de presentación:

  • Un 20% tienen lugar en el tracto genitourinario, principalmente en vejiga y próstata. Los síntomas incluyen disuria, polaquiuria, hematuria y cuadro de obstrucción de vías urinarias con dolor, oliguria e hidronefrosis. Puede presentarse con sangrado vaginal y con frecuencia se palpa una tumoración en la región pélvica y se observa una masa vaginal que se prolapsa como un racimo de uvas. Los tumores paratesticulares son más frecuentes en pospúberes y cursan con dolor escrotal unilateral y aumento de volumen.
  • En alrededor de 19% se presentan en las extremidades, con aumento de volumen del sitio afectado, enrojecimiento y dolor.
  • Entre 35 y 40% ocurren en cabeza y cuello, con cuadros de disfonía, disfagia, tumefacción de los tejidos afectados, sinusitis, secreción mucopurulenta nasal, epistaxis, exoftalmos o protrusión de ojo. Un 25% de los casos de rabdomiosarcoma en cabeza y cuello se localizan en la órbita, la mitad suelen ser parameníngeos y el resto en cara, orofaringe, senos paranasales, mucosa bucal, laringe, oídos y cuello.

¿Cómo Evaluar la Posibilidad de Cáncer en los Niños?

Aunque los signos y los síntomas dependen del tipo de cáncer y de su localización, al menos un 85% de los cánceres infantiles se asocian con los signos de alarma comunes con otras enfermedades, que se presentan dentro de esta etapa de la vida.

Preguntar

  • ¿Ha tenido fiebre por más de 7 días y/o sudoración importante?
  • ¿Presenta recientemente dolor de cabeza que ha ido en aumento?
  • ¿El dolor de cabeza despierta al niño en la noche?
  • ¿Se acompaña el dolor de cabeza de otro síntoma como vómito?
  • ¿Presenta dolores de huesos en el último mes...?
  • * ¿...que interrumpen sus actividades?
  •  *¿...que han ido en aumento?
  • ¿Ha presentado cambios como pérdida de apetito, pérdida de peso o fatiga en los últimos 3 meses?

Observar, palpar y determinar

¿Ha tenido fiebre por más de 7 días y/o sudoración importante?

Presencia de petequias, equimosis o sangrados

Palidez palmar y/o conjuntival grave

Alguna anormalidad en los ojos:

               Leucocoria (ojo blanco)

                Estrabismo que ha ido apareciendo

                Anirida (falta de iris)

                Heterocromía (ojos de diferente color)

                Hiferna (sangre dentro del ojo)

                Proptosis (ojo saltado)

Presencia de signos y síntomas neurológicos focales, de aparición aguda y/o progresiva:

      Debilidad unilateral (de una de las extemidades o de un lado del cuerpo)

      Asimetría física (facial)

      Cambios en el estado de conciencia o mental (en el comportamiento, confusión)

      Pérdida del equilibrio al caminar

      Cojea por dolor

       Dificultad para hablar

Alteraciones en la visión (borrosa, doble, ceguera súbita)

Presencia de masa palpable abdominal

Hepatomegalia y/o esplenomegalia

Aumento de volumen en alguna región del cuerpo (masa)

Primer paso

El primer paso para el estudio de la fiebre de origen indeterminado, cuando se ha descartado enfermedad infecciosa, es la realización de un hemograma y un frotis de sangre periférica.

Si no se cuenta con medios para estos exámenes y hay signos de cáncer, no se debe retrasar la referencia del niño, debe realizarla inmediatamente

Signos que hacen sospechar malignidad y que sugieren una evaluación profunda de las adenopatías

  • Unilateralidad (no obligatorio)
  • Tamaño mayor de 2,5 cm
  • Ausencia de características inflamatorias (sin dolor)
  • Consistencia dura y firme
  • Ubicación posterior o sobre el esternocleidomastoideo, en región supraclavicular
  • Progresión o ausencia de regresión en un plazo de 4 semanas •Ausencia de foco infeccioso bucofaríngeo o cutáneo
  • Adherencia a planos profundos

Como regla, toda masa ganglionar sospechosa de malignidad debe ser examinada por el oncohematólogo, quien decidirá si hay que efectuar biopsia y elegirá el ganglio

¿Cómo clasificar la posibilidad de cáncer?

Hay 3 posibles clasificaciones para el niño con cáncer:

* Posible cáncer o enfermedad muy grave
* Algún riesgo de cáncer
* Poca probabilidad de cáncer

Posible cáncer o enfermedad muy grave

Algún riesgo de cáncer


Poca probabilidad de



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *